domingo, 25 de mayo de 2014

Nuestro encuentro


Al encontrarnos de frente tú y yo 
descubrimos que el mundo 
queda reducido a un pequeño espacio, 
lentamente me tomas la mano 
y percibes que estoy temblando.
Sin pronunciar palabra, 
me miras fijamente y ves 
que me pierdo en tu mirada. 
Es ahí cuando el deseo 
recorre mis venas 
a una velocidad indescriptible
y mi pulso se acelera,
tú con la palabra precisa 
me susurras al oído
lo que quiero escuchar, 
que me deseas tanto 
que no vas a parar…